jueves, 21 de julio de 2016

Reflexionando en el mecanicismo En mi experiencia personal, pensar en mecanicismo me lleva a pensar en reduccionismo. El reducir el todo a las partes. El reducir la voz del colectivo a la voz más fuerte de los medios de comunicación. El deseo de superación de un pueblo a los deseos y haberes del grupo que maneje el poder político. Es el error de reducir la realidad y la historia a una única mirada, a un único cuento. Analizar el discurso lógico actual que se plantea como la base del pensamiento en la educación, es ver un fiel reflejo de esto. El sistema educativo se ha reducido no a formar hombres y mujeres íntegros y comprometidos con el momento histórico que les tocó vivir en su contexto, sino, a formar hombres y mujeres que den respuesta productiva al sistema económico imperante en su contexto. El ver el video de Massimo Mazzuco no me generaba gran asombro pues sólo recababa evidencia sólida de lo que siempre he creído respecto a tan lamentable incidente. Me es triste ver que nunca busqué yo misma tal evidencia para soportar mi teoría. En fin, lo que sí movió mis sentimientos fue el momento de las llamadas al 911 cuando las personas desesperadas piden ayuda y de repente se empieza a derrumbar el edificio con ellas dentro. De pronto la película se hizo realidad. Bajo la hipótesis de que el derrumbe fuese adrede ¿Se puede responsabilizar al mecanicismo por la lógica torcida que dio a luz la historia enmarañada del 11 de Setiembre? Pues sí. Un pensamiento lineal en el que no se ve más allá que la meta. El popular actual “el fin justifica los medios”. El mecanicismo es determinista por naturaleza. El aislar los sistemas y clasificarlos, el orden de estos permite establecer sus parámetros. Esto permite controlarlos y modificarlos al antojo. Este pensamiento ya instaurada nuestra mente como, es el reflejo de lo que se ve en la sociedad occidental. De esto se deriva la conclusión simple de que si no controlamos algo es porque aún no lo conocemos del todo. En una sociedad donde la zona segura se premia con el confort y la tranquilidad de la rutina; el no controlar genera miedo, miedo a lo que aún no conocemos como dice el Dr. Quantum. “Pero si tememos a lo desconocido, ¿Cómo puede ser que alguien vea una cosa nueva?”. Sólo los que se atreven a desafiar el paradigma pueden ver la novedad, pueden descubrir en qué se van a convertir si… De todas formas el control es en parte una fantasía. No es necesario conocer el Todo de algo para controlarlo. Sólo hace falta conocer lo indispensable. Y es así que nos perdemos de la historia completa. Incluso en la Iglesia en muchas personas esta visión mecanicista se expresa en su dios. Un Dios que conocen de la historia que le han contado en su casa y el catecismo. Incluidos nosotros. Si no busco indagar en la historia completa de salvación, lo que tengo es un cuento de un dios abstracto que me salva si voy a misa. Causa-consecuencia. Esta lamentable situación entonces nos hace pensar ¿cómo podemos transmitir al Dios verdadero, libre de fetiches y estereotipos? El sistema nos dividido en mente y cuerpo, dejando de lado la dimensión espiritual. Esto ha contribuido a esta distorsión. Actualmente se ve cómo cualquier movimiento espiritual por irracional que parezca, tenga seguidores, y algunos de estas personas sean capaces de entregar su vida por esa respuesta a algo que no conocen y la carencia de su espiritualidad que refleja un vacío existencial. Consecuencia del paradigma mecanicista.

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