Reflexiones en la autopoiesis del aprendizaje
La metáfora del proceso de rumiar con el cual las vacas procesan su alimento me pareció adecuada para comenzar este análisis. Al leer sobre la conversación del granjero con el extraterrestre, me queda la impresión que el primero hizo un análisis rumiante de la situación que le presentaron para poder encontrar su respuesta. El tomar los elementos que se desprenden de las experiencias de vida para encontrarles sentido. El analizarlos desde una arista y luego de otra, y otra hasta poder encontrar un sentido último que resuena con armonía en el cuerpo, algo similar a rumiar. Y uso esta metáfora porque es un proceso por medio del cual un ser vivo logra conseguir al final su energía, pero a la larga la naturaleza primaria de estos procesos se remonta al concepto de autopoiesis. Todo ser vivo se autosostiene no por su perfección sino por su capacidad de procesar los flujos de energía que le mantienen y le permiten autoregenerarse.
El aprendizaje se da desde la autogeneración y la autoorganización de los conocimientos adquiridos a lo largo de la vida. Se da desde la autogeneración del sentido que le doy a las experiencias y del conocimiento del que me puedo apropiar a partir de las mismas y que me va a ayudar en mi proceso adaptativo dentro de mi contexto. Algo que me pareció sumamente relevante del texto de Gutiérrez, es el destacar que el aprendizaje se da en el contexto del gozo y el placer. Desde mi experiencia, recalcando el hecho de que tengo una memoria bastante selectiva, he aprendido cómo los procesos de aprendizaje significativos que he tenido, están asociados a sensaciones gustosas, de disfrute. Donde la relevancia de aprender X conocimiento representa el placer de saber que podré ser más autosuficiente en ese sentido, o de que me permitirá desarrollar mi potencial. Como se menciona en el texto, el aprendizaje requiere de una transformación sensorial, una reestructuración que permita darle un sentido a ese conocimiento dentro de mi vida y por eso lo incorporo dentro de mi estructura cognitiva.
En este contexto a los formadores nos queda una gran tarea pues es necesario reinventar los procesos de educación hacia el aprendizaje. Pasar de la simple transferencia de la información de manera vertical, a un compartir, a una guía que permita experimentar en el auto-descubrimiento, el placer de encontrar el sentido de las cosas dentro de mi vivir. Porque los aprendizajes se incorporan en el tanto yo pueda darles un lugar dentro de mi realidad. La naturaleza en su sabiduría ha dictado el ahorro del recurso: no se gastan recursos en algo que no tenga relevancia en el rol que juego dentro de la dinámica de mi hábitat y/o lo que permita mi supervivencia. ¿Por qué tengo que saber de estudios sociales si lo que quiero es estudiar aviación? No se debe imponer el conocimiento sólo por que sí o para lograr el adoctrinamiento. El poder reflejar que el conocimiento de los estudios sociales sensibiliza al profesional en aviación hacia la importancia del sentido patrio, de la historia que tiene cada pueblo y que como profesional podrá tener la dicha de poder facilitar a otros el reencontrar su patria y poder comprender el valor que representa para ellos, es un enfoque distinto que permite más apertura hacia el recibimiento del esfuerzo que implicará en este caso el estudio.
Esto sin embargo, conlleva para el formador el involucrarse con los estudiantes como personas. No sólo como sujetos de aprendizaje, sino como seres con deseos, anhelos, sueños, sentimientos, sensaciones, historias de vida. El esfuerzo recae en el formador hacia facilitar, para que cada quien encuentre el deleite en el conocimiento que se le presenta. Esto lo analizo en el esfuerzo de imaginar cómo insertar la realidad del desarrollo del aprendizaje en el contexto del placer, en la sociedad de imposición de currículos en la que nos desenvolvemos. Probablemente sea más sano pensar en reestructurar los programas de enseñanza de manera que tengan una mayor flexibilidad en la incorporación de distintas áreas de conocimiento. La complejidad de encajar estos procesos dentro de las demandas de la sociedad acelerada y estructurada en la que nos desenvolvemos es un tema para amplio análisis.
Para finalizar sólo me parece relevante parafrasear y dejar por acá el sentido etimológico de la palabra autopoiesis: el gozo de autocrearse. Un gozo como indica Gutiérrez, dinámico, flexible, holista y complejo que haga resonancia en los sentidos y que se incorpore en nuestra cotidianeidad.

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